UNA SEMANA… Y COMO EN CASA

Sinceramente, hace una semana, ni yo ni mi compañero de prácticas, David, sabíamos absolutamente nada de lo que iba a pasarnos en nuestro centro de prácticas.

Como los dos tenenemos las mañanas ocupadas, por razones varias, necesitábamos escoger un Centro de Educación que impartiera clases por las tardes. Y los niños de Primaria en los Colegios Públicos sólo tienen clase por las mañanas (las horas que necesitamos impartir en el Prácticum). Afortunadamente, dentro de nuestras competencias se encuentra la Educación de Personas Adultas, con horario de mañana y tarde.

Al principio me daba un poco de miedo esto de la Educación de Adultos (no me van a hacer ni caso, me van a ver como a una cría, me van a pillar…). Sin embargo, es una experiencia que recomiendo encarecidamente a todas las personas a las que les guste enseñar, dedicarse por entero a suscitar el aprendizaje de personas que no han tenido oportunidad de ir a la escuela, que vienen de otros países o que han encontrado su sitio en un instituto. La sensación de satisfacción, de ver el deseo de aprender en los ojos de las personas que van a escucharte, digas lo que digas, es un premio que vale todo el trabajo de una vida.

El centro de prácticas, cerca de la calle Ferrocarril (Madrid), no es muy grande, tiene un aula para cada uno de los seis grupos que dan clase allí. Un par de departamentos, la jefatura, la sala de profesores (donde ya nos han hecho nuestro hueco), biblioteca, aula de informática, hall, sevicios… Muy bien equipado pero todo dentro de un ambiente familiar, recogido…

El profesorado nos ha acogido con mucha amabilidad, nos ha dado libertad en todo el centro y en sus clases. Nos tratan como a nuevos profesores: tenemos llaves, estantería para nuestro material, sabemos la clave de la fotocopiadora… y nos presentan amablemente a los alumnos.

El alumnado nos trata con respeto y con cariño, confía en nosotros desde el primer día en que entramos por la puerta, nos pregunta y también nos comprende y nos aconseja…

Hoy ha sido el cumpleaños de David, que nos ha traído pasteles y los ha dejado en la sala de profesores, luego ha abierto su regalo  y el personal le ha tratado como si le conociera de toda la vida.

Yo me siento casi como si todos fuéramos una gran familia…

Published in: on 01/03/2010 at 23:07  Comments (1)  
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